viernes, 7 de mayo de 2010

LA MÁQUINA DE LA VERDAD


Atónito se quedó el molt honorable cuando Vicente Sus, presidente de la clínica Eresa, una de las más favorecidas por la política privatizadora de la conselleria de Sanidad, les explicó a él, a Rita y a la nutrida compaña, que el equipo de resonancia magnética acabado de adquirir es capaz de determinar si un paciente miente o no de una forma rápida, inocua e infalible. Un equipo de tres teslas que lee los hemisferios cerebrales y refleja los resultados en una simple imagen en la pantalla del ordenador.

Desconocemos – desde nuestra imperdonable incultura médica – cuál es la utilidad de tal aparato en las técnicas diagnósticas; si es para cerciorarse de que el paciente no engaña al facultativo con imaginarias dolencias (ahorrando consecuentemente gastos sanitarios) o si, además, escudriña recovecos de las circunvoluciones cerebrales en busca de ignotas causas de enfermedades mentales.

Pero sí sabemos que a más de uno se le pasó por la cabeza el gran provecho que se le sacaría en otras instancias, como la administración de justicia, o en las comparecencias públicas de los allí presentes y de otros muchos. El caso es que esto mismo debió pensar nuestro president, pues no quitó ojo a la cabecita luminosa de la pantalla por si, en un alarde de sofisticada técnica, le escaneaba telepáticamente y le arrancaba la cruda verdad de sus relaciones con El Bigotes.

Y es que la dichosa cabecita era clavadita a su esbelta fisonomía…