sábado, 25 de diciembre de 2010

LOS BENEFICIOS DEL FOLLÓN


Si me permiten un símil futbolero, cuando el equipo local es más torpón, pero va ganando por la mínima, bien por un golpe de suerte o por un favor arbitral, la estrategia más eficaz es la de sustituir el juego por la bulla, dejar que el tiempo pase rompiendo el partido y evitar que el contrario, más hábil con el balón, pueda manejarlo. Es una práctica que estamos cansados de ver, en todos los campos y en todas las categorías. La parroquia, mientras tanto, a jalear cualquier encontronazo, a presionar al árbitro y a sus ayudantes y a insultar a los jugadores del equipo visitante.

En el terreno del juego político de la Diputación Provincial está sucediendo algo similar a lo relatado anteriormente. El equipo del Partido Popular, con su capitán al frente, su presidente, ganó por la mínima en las anteriores elecciones, gracias entre otras circunstancias a unas ayudas no reglamentarias que los árbitros del proceso –las juntas electorales y los controladores de los censos– no supieron o no pudieron impedir. Es un equipo al que no le están saliendo las cosas, que gestiona muy mal la mínima ventaja que le da la responsabilidad de gobernar. Un equipo al que se le desajustan las cuentas, que se mueve por una inercia de lustros, que no avanza en los proyectos y que tiene serios problemas de dirección de juego, con un vestuario al que le crecen los enanos.

Por contra, el grupo socialista de la oposición tiene mejores individualidades y un liderazgo que no se sustenta, como en el otro equipo, en la coacción o la sumisión personal, sino en los proyectos, la ética y las ideas políticas. Y, por supuesto, con mucha más habilidad para argumentar y debatir las diferentes propuestas.

Juega, además, como visitante, pues es el equipo local del PP quien juega en casa, en ‘su’ casa, con su público, sus asesores y sus medios de comunicación.

No es de extrañar, pues, que la estrategia del PP en este partido sea, a falta de gestión – ni siquiera mala gestión – la de enmarranar el juego político, controlar los tiempos y las palabras, descalificar a los contrarios y arremeter contra los jueces, cuando sus decisiones no les benefician. Así lo hemos visto pleno tras pleno: ante cualquier intento de debate de propuestas, una balbuceante y torpe réplica y la aplicación del rodillo; si de introducir racionalidad y limpieza democrática se trata, la anulación personal y el insulto como única arma.

¿Cómo responden ante este remedo de juego político los espectadores? Las aficiones respectivas reaccionan con apasionamiento ante los diferentes lances del triste partido; pero la mayoría, tanto los que otorgan a la dialéctica política una alta consideración como los que le dan la espalda –que son auténtica mayoría-, no les llega más que un empobrecido espectáculo de rifirrafes. Y como el mayor objetivo del PP es contentar a su afición y enajenar al resto, el partido lo tiene de cara… de momento.

No estaba bastante trabado el juego político que ha saltado al campo un espontáneo, ‘el follonero’ y su desternillante programa. Bien es cierto que la sátira siempre ha ido de la mano de la política, y sólo los estrechos de miras, los caducos y los bajitos intelectuales consideran un oprobio mezclar ambos ingredientes. No sólo en la política, que es una faceta más de la vida, sino en cualquier otra manifestación del desarrollo personal la risa es – ya lo decía Aristóteles en su Poética- un ejercicio valioso que nos permite deformar el hosco rostro de la verdad para no convertirnos en esclavos de nuestros propios fantasmas. Y la verdad de la política que se viene haciendo desde el Palacio de Las Aulas es bastante desabrida, y algunos de sus protagonistas, dignos de una novela por entregas.

Pero no nos engañemos. Este inteligente espontáneo monta su esperpento con el lícito fin de entretener a su audiencia televisiva, que no es poca cosa. Sin embargo, desde la perspectiva de la estrategia política de la confrontación local, no es sino un estorbo más en el desarrollo del juego sucio al que se ha aplicado insistentemente el equipo local del Partido Popular. Son los que resultan realmente beneficiados.

Publicado en el diario 'Levante de Castellón' el 07-01-11

viernes, 17 de diciembre de 2010

SIN PARANGÓN


El nivel de transparencia de la política valenciana “no tiene parangón en toda España”. Estas son, textuales, las palabras del conseller Blasco transcritas por el diario oficial del Partido Popular en la provincia (Ver el periódico Mediterráneo del 14 de diciembre). Así de rotundo, así de cínico, así de falso. Esta insolente afirmación venía a alabar la recientemente anunciada obligación de los munícipes de la Comunidad Valenciana y miembros de Consell de hacer públicas sus declaraciones de bienes.

A pesar de haber sido anunciada por singular protagonista, a pesar de que sabemos que es un turbio espejismo de claro tinte electoral, bienvenida sea la iniciativa, a la que reiteradamente se han negado los gobernantes de la derecha. Se nos viene, de pronto, la imagen de los concejales del Grupo Socialista del Ayuntamiento de Castellón enseñando sus declaraciones tributarias y de bienes cuando presentaron la propuesta al pleno, la cual fue rechazada por la mayoría exigua que ostenta el PP. A ese pleno acudieron todos, incluido el presidente de la Diputación, para oponerse a esta ineludible obligación con la ciudadanía.

La nueva Ley Valenciana de Régimen Local, aprobada el verano pasado, dedica un artículo, el 137, de los 201 que la componen, a esta cuestión, estableciendo la obligación de declarar las actividades y bienes de los representantes locales, antes de la toma de posesión, en caso de cese y al término del mandato. Declaraciones de carácter anual que serán públicas pero que tendrán las restricciones necesarias para salvaguardar la privacidad y la seguridad de los titulares. Una ley cuyo objetivo esencial era la mejora de la financiación de las administraciones locales, pero que no contemplaba ningún compromiso de dotación económica del Fondo de Cooperación.

La gestión pública no debe ser transparente por imposición legal. La transparencia, lo mismo que la eficacia, la participación efectiva y la proximidad han de ser, como reclama la oposición socialista, el resultado de un compromiso ético con la ciudadanía. Han de ser, como se declara en su programa electoral, ejes estratégicos en los que se debe basar una gestión al servicio de los ciudadanos.

De todas formas, bienvenido sea ese artículo 137, y que sea aplicado con rigor, que falta hace. Ojalá, aunque de la forma tan tímida que se establece ahora, se hubiera implantado hace tres lustros. No habríamos caído en el oscuro pozo de la opacidad en el que se encuentra la Comunidad Valenciana y sus principales Ayuntamientos, antesala de la corrupción y la desafección política.

El último informe de Transparency International, organismo independiente que evalúa objetivamente los niveles de transparencia de todos los países, comunidades territoriales y ayuntamientos, tomando como índices elementos clave de la gestión y con una metodología contrastada, sitúa a la Comunidad Valenciana en este año 2010 en el penúltimo lugar de las comunidades autónomas de España, con un valor global muy por debajo de la media nacional. Y si se valoran cada uno de los aspectos estudiados, solamente en dos de ellos nos encontramos cercanos a la media, en las áreas de información sobre la Comunidad y en las relaciones con los ciudadanos y la sociedad. No en balde se han gastado tantos recursos en campañas publicitarias y en subvenciones a colectivos. Pero en las áreas más próximas a intereses monetarios, como la transparencia económico-financiera y en las contrataciones de servicios y suministros nos manda al penúltimo lugar, y en el urbanismo, directamente nos coloca en la cola de la lista.

Cuando se observan estos mismos índices sobre los Ayuntamientos de las tres capitales de provincia, es el de Castellón, precisamente, el que obtiene resultados menos malos, situándose sobre la media de los grandes municipios. En todos los parámetros excepto en el de la transparencia en las contrataciones, precisamente. No es de extrañar, pues, la insistencia del grupo socialista en revisar las cuentas y contratas, a la vista de las posibles implicaciones en trama de corrupción del caso Gürtel. Sin embargo, el Ayuntamiento del cap i casal, presidido por la señor Barberá es, con mucho, el que obtiene índices tan bajos que deberían suponer su dimisión automática. (Véanse datos concretos en www.transparencia.org.es).

En esta comunidad, es cierto, los niveles de transparencia en la gestión pública no tienen parangón, por lo desastrosos, y van a ayudar a mejorarlos la declaración de bienes y actividades de realizarán en breve, por imperativo legal, algunos de los que más intereses han ocultado hasta ahora. No me lo creo.

Publicado en 'Levante de Castellón' (17-12-10)

domingo, 12 de diciembre de 2010

MODERNIZARSE O SUCUMBIR


Solo era su apellido, y sólo deambulaba por allí, sin motivo aparente, errático y solo en mitad de la noche. Y ésta fue su sola y tímida respuesta a las muchas preguntas del policía: “Me llamo Iniesta Solo”...

¿De qué va esto? De sumarse al aluvión de críticas que ha provocado la última andanada de la Real Academia de la Lengua, con el cambio de algunas reglas ortográficas, la actualización de ciertos vocablos y la redefinición de unas cuantas letras del alfabeto. Todo ello, aseguran, con la sana intención de mejorar la comunicación en español y adaptarse a los nuevos tiempos.

La lengua es algo vivo y, como tal, debe crecer al son de las nuevas necesidades de sus usuarios. No debemos ser reacios a este esfuerzo modernizador, más aún cuando las sociedades están inmersas en una vorágine de cambios constantes, cuando las nuevas (no tan nuevas ya) tecnologías están imponiendo revolucionarios modelos de interrelación social. “Para sobrevivir – dice García de la Concha con sus 75 años – una lengua debe ser usada por un gran número de personas, tener un idioma unitario, y estar actualizada con la tecnología”. Aunque nos pongamos en plan puristas y nos alarmen los cambios, no debemos analizar con ligereza y frivolidad las decisiones de tan sesudos y prestigiosos académicos. Todos los cambios han tenido sus detractores y la evolución, a la postre, ha sido imparable.

Iraq será ahora Irak; Qatar, será Catar; la i latina será sólo i; la i griega, ye, y se impone la be y la uve a las bes alta y baja. Son cambios comprensibles, porque nadie hablaba de la doble be baja para referirse a la uve doble, por ejemplo.

Pero junto a estas lógicas actualizaciones han refrendado otras, referidas a clásicas normas gramaticales de acentuación, con la intención de simplificar la escritura, que han generado la polémica. A partir de ya, se elimina la tilde de los adverbios, única diferenciación gráfica de los respectivos adjetivos y, en algunos casos, con una sustancial diferencia semántica. Éste, ése y aquél, y sus diferentes formas; el significado del vocablo ‘sólo’ se distinguirá, si acaso, por el contexto. O no. Elimina la tilde de guión, truhán, huí y fié, considerándolos monosílabos, así como la tilde de ó entre números. A partir de ahora no sabremos si hablamos de 607 o de 6 ó 7.

¿A qué puede obedecer semejante cambio y cuáles son sus consecuencias? ¿Van realmente a mejorar nuestra comunicación escrita? Y lo que es más preocupante, ¿van a favorecer el aprendizaje correcto de nuestros escolares?

Últimamente son ya muchos los medios de comunicación escritos y las traducciones de publicaciones extranjeras que han renunciado a la acentuación gráfica de ‘sólo’, palabra de la que se abusa incansablemente. ¿Será porque los correctores de Word de Microsoft no pueden detectar el error? Si eso fuera, la Academia se habría quedado con poco brillo y con menos esplendor. ¿Será porque la actualización es, simplemente, una mera subordinación a los intereses de las compañías informáticas y de telefonía móvil para facilitar el marcaje de mensajes? ¿O es que la RAE ha sucumbido, como tantas otras instituciones sociales y políticas a la implacable globalización?

No se trata solamente, como algunos han manifestado, de rechazar estos cambios y mantener la actual norma gramatical por razones estéticas. Se trata, sobre todo, de rebelarse contra ese pseudolenguaje que prolifera entre los jóvenes y que tanto daño está haciendo a su educación, refrendado ahora por sus eminencias académicas. Y se trata, cómo no, de salir en defensa de la labor de tantos docentes que se parten el espinazo intentando enseñar a escribir correctamente, sin faltas de ortografía y de sintaxis, con claridad de ideas y con un rico vocabulario. Ahora nuestros escolares leen y escriben, sobre todo, en soporte informático. ¿Es el medio el que ha de determinar el modo o, por el contrario, tenemos que insistir en su utilización correcta?

Parece que en esta lucha por la modernización, la RAE se ha inclinado por lo fácil. ¿Por qué no ha metido la tijera en expresiones que nos llevan a la Edad Media eliminando, por ejemplo, términos racistas, como “judiada”, o expresiones sexistas que nos sumergen en lo más profundo de nuestro acerbo cultural? ¿Hasta cuándo hemos de convivir con expresiones como “eres un zorro” (por astuto) y “menuda zorra” (por prostituta)? Por no hablar del masculino genérico, que ha dejado postrada a la mitad de la población.

No sabemos cuál habrá sido la postura sobre estas cuestiones del insigne académico que calienta el sillón T, el multifacético, postmoderno y buen escritor Pérez Reverte; él, que tan iracundo se ha mostrado con los políticos responsables de la educación de los últimos treinta años, incluidos Maravall y Solana, de los que dice “deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural”. Él, que pone a todos en el mismo saco, sin distinguir churras de merinas ni saber de la misa la media en materia educativa, llamándoles analfabetos y demagogos entre otras lindezas. ¿Hemos de esperar que, consecuentemente, se desmarque públicamente de esta sinrazón o, por el contrario, habrá que pensar que, por moderno y solidario, haya sido uno de sus más fervientes impulsores?

sábado, 11 de diciembre de 2010

SIN IDEAS


El único objetivo de Sir Humphrey Appleby, el Secretario Permanente en la famosa serie “Sí, Ministro”, era evitar que los ministros que iban sucediéndose se entrometieran demasiado en la labor de gobernar, oponiéndose a cualquier iniciativa política. Para ello aplicaba, según iba pasando la legislatura, una serie de tácticas dilatorias que son todo un compendio de qué hacer para no hacer nada: dudar de la vía adecuada para poner en marcha los proyectos, crear comisiones de consulta, exigir farragosos informes técnicos, sugerir concursos de ideas, no emprender algo que menoscabe la autonomía del gobierno siguiente… Una estrategia denominada ‘Inercia Creativa’ que pone contra las cuerdas al ingenuo James Hacker, venido al cargo de Ministro con un paquete de buenas intenciones.

En el Ayuntamiento de nuestra ciudad está pasando algo parecido, pero al revés: aquí son los responsables políticos quienes se han puesto en la piel del burócrata funcionario y emplean sus mismas tácticas para pasar el calvario de esta legislatura, para hacer como que se hace haciendo lo menos posible, bien porque se han quedado sin recursos, bien porque no quieren comprometerse con decisiones que puedan ser contestadas, bien porque no saben qué hacer, porque no tienen criterios definidos.

Tenemos ejemplos para todos los gustos, y aquí van algunos de ellos:

Parque de San José: iniciativa política de primer orden en los sucesivos programas de gobierno. Ha pasado otra legislatura y todo sigue igual. Lo único que se tiene es el nombre, Parque de los Niños, y la forma utilizada para capear la situación es el manoseado concurso de ideas para que los niños del barrio digan la suya… a seis meses de las elecciones.

La fábrica Dávalos se convertirá en centro de ocio para jóvenes, decía su propuesta electoral. El socorrido concurso de ideas entre los jóvenes fue igualmente la estrategia utilizada por la señora concejala para no emprender acción alguna. Eso sí: la iniciativa del concurso se presentó con la correspondiente publicidad y folleto explicativo, pero sin apuntar ni la más mínima idea ni explicitar ningún criterio. No se ha sabido nada de las sugerencias aportadas y mucho nos tememos que, con las nuevas propuestas del sector comercial, todo quede en el olvido.

Y de La Pérgola, ¿se dice algo? Ante la proposición de una de las asociaciones de comerciantes la respuesta es simple: ni sí, ni no. Se anuncia otro concurso de ideas para pasar página. No es momento para posicionarse, menos aún para comprometerse.

Esta es la forma de afrontar los problemas el PP de Castellón. De las cuestiones sobre las que debe pronunciarse, ni pío; de las que dependen del gobierno central, machaque permanente, aunque se esté avanzando en esta legislatura, a pesar de los pesares, más que en otras pasadas bajo la égida de Aznar. No en balde sus dirigentes ya han anunciado cuál será el núcleo de su programa, basado en un discurso emocional, huérfano de toda racionalidad, populista y demagógico: la eterna y falsaria reivindicación del ‘agua para todos’, el AVE, la autovía de Aragón a la costa, la liberalización de la autopista o los accesos al puerto por el sur. Más de lo mismo, y de iniciativa propia, el limbo.

Los socialistas tenemos un proyecto para la ciudad, y nos hemos pronunciado en repetidas ocasiones sobre los temas que preocupan a la ciudadanía. No se trata de poseer un discurso cerrado, sino de ofrecer alternativas serias para que sean valoradas. Gobernar es tomar decisiones, ‘mojarse’ y tratar de convencer a los demás con argumentos. Así se construye la auténtica participación, sin imposiciones, pero con liderazgo.

No hay que ir muy lejos para conocer nuestra posición sobre estos tres ejemplos citados: sólo hay que consultar el programa elaborado para la legislatura actual, que está al alcance de todos. Mil propuestas y un modelo de ciudad que se está actualizando para adecuarse a los nuevos retos. Y si, como en el caso de la fábrica Dávalos, surge un planteamiento más ambicioso y más acorde con las necesidades actuales de la ciudad, hay que estar en disposición, sin ambages, de reconsiderar las propuestas iniciales y buscar el acuerdo.

Pero el que está desnudo de ideas es incapaz de construir consensos.

domingo, 14 de noviembre de 2010

EL JUEGO DE LA DERECHA


Al otro lado del hilo telefónico, la voz femenina de una encuestadora me pregunta: “Si la extrema izquierda es un 1 y la extrema derecha es un 10, ¿dónde situaría al Partido Popular?”. Mi respuesta, tras unos breves momentos de vacilación, es: “Le pondría un notable alto, rallando el sobresaliente.”

Se trata de la pregunta imprescindible en cualquier encuesta de opinión política, que plantea algo tan complejo como trasladar a una puntuación decimal la apreciación personal de la ideología y la acción política de un partido, sin especificar más, en un intento de simplificación máxima. Sin embargo, es el modelo que funciona, esta vieja fórmula de representación lineal de la izquierda y la derecha, como si de la recta numérica se tratara, sin poder evitar, por otra parte, la correlación con el suspenso y el aprobado.

Izquierda y derecha. Ha llovido mucho desde que la Asamblea Nacional surgida de la Revolución Francesa acuñó los términos ‘izquierda’ y ‘derecha’ para designar a quienes ocupaban los escaños del semicírculo: los de la derecha del Presidente, representantes de los tradicionalistas, monárquicos y defensores del ancien régime, se enfrentaban a los que se sentaban a la izquierda de la mesa presidencial, los progresistas, defensores de los nuevos valores en que se asentaba su revolución: la libertad, la igualdad y la fraternidad. Otra simplificación, sin duda, porque en aquella Asamblea, ni los unos ni los otros respondían exactamente a la diferenciación anterior, o lo hacían con muchos matices.

Pero esta vieja representación lineal y su significado político se han mantenido prácticamente invariables y han servido para identificar a los protagonistas de la confrontación política y a los planteamientos ideológicos con los que transcurrido la historia de los últimos doscientos años, posicionando, a lo largo de ese segmento, las diferentes opciones que han ido surgiendo.

Hoy la cuestión se nos presenta más difícil. Se habla incluso de la necesidad de establecer, a partir de dos ejes diferenciados, económico uno y social el otro, un sistema bidimensional de localización. No en vano nos sorprenden gobiernos y opciones políticas cuyos planteamientos en materia económica se distancian ideológicamente de sus propuestas sociales y gobiernos cuyas políticas económicas son muy parejas pero se enfrentan en sus políticas sociales. Y también está el corsé de la globalización, de la crisis globalizada, que obliga a determinados gobiernos a establecer propuestas económicas menos acordes con sus posiciones para mantener los principios sociales que postula.

En todo este complicado panorama de identificación política, también es sabido que siempre se le ha exigido mucha mayor coherencia a la izquierda que a la derecha. Bueno es: con la izquierda se es mucho más exigente, mientras que a la derecha se le permite jugar a todos los palos, siempre, eso sí, que los intereses de los poderosos no se vean mermados.

¿A qué juega la derecha en nuestro país ejerciendo de oposición? ¿Cómo la reconocemos en nuestra ciudad en su acción de gobierno?

Varias han sido las líneas estratégicas de oposición del Partido Popular: la máxima rentabilización electoral de la crisis económica, el desgaste del gobierno sin poner límites a su corresponsabilidad, la ocultación de sus verdaderas propuestas políticas, tanto económicas como sociales, y la engañosa defensa, si viene al caso, de los intereses de los colectivos sociales que ha despreciado cuando ha ejercido el poder. ¿Cómo se entiende, si no, su actual interés por los pensionistas, por los trabajadores desempleados, por el pueblo saharaui o por cualquier causa, venga de donde venga, que sirva para debilitar al gobierno? ¿Desde cuándo la derecha ha hecho suyas las causas de los débiles, de los desfavorecidos, de los oprimidos?

En el gobierno de nuestra ciudad también la derecha juega algunos papeles difíciles de reconocer. Los incrementos fiscales, por ejemplo, propios de la izquierda como herramienta de redistribución, son utilizados abusivamente por la derecha para compensar su pésima gestión. Sin embargo, aquí, a pesar de que ocupa en el salón de plenos la parte izquierda de la sala, sus políticas conservadoras y sus modos son muy palpables: privatización de servicios, apuesta por el desarrollismo especulador, populismo cultural, clientelismo, políticas sociales de subvención, proteccionismo de los intereses de los poderosos, desafección de lo público…

Ahora van a volver otra vez los cantos de sirena con nuevas propuestas electorales que tratarán de enmascarar sus verdaderas intenciones. Es, simplemente, una y otra vez, el juego de la derecha.

lunes, 25 de octubre de 2010

POR EL MAR CORREN LAS LIEBRES


Por el monte, las sardinas. ¡Vamos a contar mentiras!

El último parte médico de la Generalitat sobre la utilización del trolebús desde el paseo Morella hasta la UJI nos arroja unas cifras de escándalo: 1,3 millones de viajeros desde que entró en servicio y un promedio mensual de usuarios de 2751…

Veamos, veamos: si nos dice que durante este mes los kilómetros que ha recorrido son 9510, en una distancia de apenas 1,5 (1480 metros para ser exactos), nos da justamente 6340 trayectos al mes, o sea, 211 diarios, o sea, 100 veces hacia arriba y otras 100 hacia abajo cada día, sábados y domingos incluidos. Pero, ¿cada cuánto pasa?, ¿cada 10 minutos durante 18 horas diarias de servicio? ¡Qué impúdicos son los números! ¡Cómo nos sacan las vergüenzas!

Pero aún hay más. Un total de 2751 pasajeros durante los 22 días lectivos del mes pasado, contabiliza la Generalitat. Si hacemos cuentas… 125 diarios. Si cada día se han realizado 211 trayectos, sale a 0,6 usuarios en cada viaje (sin contar el conductor, ¿o sí?), lo que supone que cada 5 viajes han utilizado dicho servicio 6 personas.

Si el mes de septiembre es un mes bueno, por los exámenes de la universidad, etc., ¿de dónde pueden salir esos 1,3 millones de usuarios? ¿Es que hay que justificar lo injustificable, para endulzar las obras de ese paseo recién abierto que discurre entre los árboles del parque Ribalta, muy bonito para pasear y para jugar a la petanca?

Hechas así las cuentas sólo cabe decir que aquí hay mucha mentira encerrada o este costosísimo trolebús lo utiliza el conductor (es guiado) y alguno más (a primera hora de las mañanas, los estudiantes que vienen de fuera en tren).

Tralará, lará.

miércoles, 20 de octubre de 2010

CUMPLIR LOS MANDAMIENTOS


Hace cuatro años, el entonces candidato a la alcaldía de Castellón, Alberto Fabra, hizo público el compromiso que había adquirido, ante un notario, de cumplir diez promesas en las que parecía resumir lo que ofrecía a la ciudad, su proyecto político. Diez promesas que, dado el carácter trascendente de su puesta en escena, parecían diez mandamientos grabados en las tablas de la ley notarial.

Fue, sin duda, un mero acto electoralista, rallando el ridículo, cuya primera lectura hacía pensar en la poca credibilidad que él mismo otorgaba a sus propuestas. Pero quizá no era consciente de que este compromiso público podía convertirse en el rasero con el que medir los resultados de su gestión, una vez alcanzado, como así sucedió, el gobierno municipal.

Es probable que en ese momento confiara en la consecución plena de sus diez retos: eran tiempos de bonanza económica, aún no se habían dictado las resoluciones judiciales sobre las polémicas decisiones urbanísticas tomadas por él mismo con anterioridad, y aún no habían salido a la luz pública las evidentes conexiones de su partido con las tramas de corrupción.

Hoy, a menos de seis meses para comprobar en cuáles de los diez ha pecado, vamos a recordarle cómo tiene el panorama, que no diga que no se le avisa. Repasemos brevemente cada uno de ellos siguiendo el mismo orden del acta notarial:

1. Convertir el andén del parque Ribalta en el gran paseo de Castellón. Enhorabuena, señor alcalde, este compromiso, a pesar de las voces discrepantes por la violación de requerimientos de conservación patrimonial, lo ha cumplido. Con la ejecución de esa parte del trazado del trolebús ha mejorado sustancialmente una zona de nuestro querido parque, tan olvidado en otros muchos aspectos.

2. Plantar diez mil nuevos árboles por la ciudad. No sabemos cuántos, pero podemos dar por hecho que están plantados. Eso sí, habrá que descontar las múltiples palmeras que han sucumbido a la plaga, haciendo constar que cada una de ellas vale por muchos de los jóvenes plantones.

3. Ofertar cuatro mil viviendas de protección oficial. Ni cuatro mil, ni cuatro. Este mandamiento, para desgracia de la gente con menos recursos, no se ha cumplido.

4. Bonificar el cincuenta por ciento del IBI para los jóvenes que adquieran su primera vivienda y para los pensionistas con rentas mínimas. Tras el último acuerdo de subida de los impuestos municipales, recordar este compromiso parece un sarcasmo.

5. Dotar a Castellón de dieciséis campos de fútbol con césped artificial, además de culminar la ciudad deportiva. ¿Dónde están? Otro mandamiento incumplido, y van tres.

6. Convertir la antigua Fábrica Dávalos en un gran centro de ocio para adolescentes. El edificio sigue en pie, y no hay visos de que se esté construyendo algo. Se promocionaron algunas consultas para recoger sugerencias, porque no se tenía ni idea de lo que se quería hacer, y eso que en el programa socialista se les daban suficientes pistas. Nuevo fiasco.

7. Conectar, mediante el TVR, la UJI, el centro y el Grao con una frecuencia de cinco minutos. Dado el ritmo que llevan las obras y la falta de financiación por parte de la Generalitat, aún nos faltan diez años para que este compromiso se vea cumplido, ¡y sólo le quedan seis meses!

8. Colocar veinte nuevas esculturas en la ciudad. Objetivo cumplido: lo penoso es que ha convertido la ciudad en el museo Ripo, y que dada la escasez de recursos financieros del Ayuntamiento algunas de estas esculturas, por lo majestuosas y costosísimas, nos parecen una cruel obscenidad.

9. Crear un complejo de empresas sostenibles, sociales e innovadoras con condiciones ventajosas en la Ciudad del Transporte. La primera noticia de este compromiso se ha dado esta misma semana, anunciando que en breve se va a aprobar el proyecto urbanístico de ampliación. Ni siquiera están puestas las bases jurídicas, así que ¿para cuándo las prometidas empresas?

10. Proyectar el Gran Parque de los Niños, junto al Peri 18, y el gran Parque del Deporte, al lado de la Roda Este. Este último puede decirse acabado, pero en el primero, el Parque de San José, lo único que se pasean enseñoreadas son ratas como conejos alrededor de desagües inmundos.

Esperamos que el señor alcalde tenga suficientes motivos para realizar un sentido acto de contrición. ¿O es que también va a echarle la culpa al de siempre?

miércoles, 13 de octubre de 2010

LAS ENCUESTAS SON PARA INTERPRETARLAS


No todas, por supuesto. Las hay – como algunas pagadas por los partidos para darse autobombo o generar opinión - , que la interpretación de sus resultados ha sido pactada en el contrato y, por tanto, sobran las especulaciones.

Otras, no: se las supone serias y sin sesgos espurios, y sus resultados merecen una cierta atención. Una de éstas es la última del CIS, que ofrece un repunte en la preocupación por el paro como principal problema de nuestra sociedad y una bajada de intención de voto al PSOE mientras la del PP se mantiene intacta, lo que da una diferencia de un 13% a favor del partido de Rajoy. Es el precio que tiene que pagar un gobierno cuando toma decisiones muy difíciles para salir de una situación de crisis como la que estamos padeciendo. Esperamos que los signos de la recuperación sean lo suficientemente visibles para que la sociedad valore en su justa medida, antes de la próxima confrontación electoral, que los esfuerzos no han sido en vano. Además, la reciente remodelación del equipo de gobierno va a suponer un revulsivo que la sociedad no dejará de percibir, y la estabilidad conseguida gracias a los pactos con otras fuerzas parlamentarias van a dar un plus de credibilidad que, sin duda, será valorado positivamente en próximos sondeos.

Otra muy interesante es la publicada el pasado 10 de octubre por uno de los diarios nacionales de mayor tirada con ocasión de la celebración del Día de la Comunidad Valenciana y realizada por Metroscopia sobre las cuestiones políticas de mayor calado para los valencianos. Tiene, sin duda, suficientes garantías de rigor en sus resultados y merece interpretarla con cierto detenimiento e, incluso, especular con alguno de ellos. El diario ya resaltaba las valoraciones más significativas, que nos atrevemos a resumir:

La primera, la opinión casi unánime de la sociedad valenciana sobre la necesidad de que la Generalitat haga algo ante la situación económica y la elevada tasa de paro: le reclama que deje de mirar hacia otro lado y le exige un plan de choque. Los encuestados parecen no saber que al gobierno del PP en la Generalitat le vienen muy bien los datos del paro, siempre que pueda endosárselos en el debe del gobierno de Madrid. La encuesta del CIS lo corrobora.

Otra interpretación reveladora, al hilo de la anterior, se refiere a la sensación de parálisis que se tiene del Consell, de la bajísima valoración de sus responsables, de la ínfima puntuación de la gestión de la Educación y de su conseller, Font de Mora. Es, con mucho, el servicio con mayores deficiencias.

Como tercer dato, el aumento significativo de la apreciación de la corrupción como un problema al alza de nuestra sociedad. Un problema que, lejos de amainar, cuenta cada día con nuevas tramas, como la que parece vislumbrarse en la conselleria de Rafael Blasco y las subvenciones millonarias a ciertas fundaciones.

Pero, con todo, las interpretaciones anteriores, de carácter general, no añaden nada que no se supiera de antemano. Sólo dan credibilidad a otras cuestiones de la encuesta cuya valoración tiene más interés por cuanto se refieren a un ámbito territorial menor, a nuestra ciudad y provincia.

Entremos a especular mínimamente sobre los porcentajes de conocimiento y las valoraciones que los encuestados otorgan a nuestros líderes locales, pues van a ser protagonistas dentro de unos meses en una nueva contienda electoral. Se trata de inferir, pues los datos de la encuesta no están territorializados provincialmente. Pero partiendo de la distribución de la muestra utilizada (1000 encuestados, de los que 300 eran de Castellón, 300 de Alicante y 400 de Valencia), nos permiten realizar esclarecedoras interpretaciones nada aventuradas. Veamos el caso:
El porcentaje de conocimiento por los encuestados del candidato socialista y actual portavoz municipal Juan María Calles es el 11%, es decir, que de las 1000 personas encuestadas, solamente saben quién es 110. Pobre resultado, se pudiera decir; pero si valoramos este dato sabiendo que con toda probabilidad casi todas son de Castellón (el grado de conocimiento de Calles fuera de su ámbito de actuación política debe ser ínfimo), el porcentaje se eleva a más del 30%, lo que indica un nivel de conocimiento nada despreciable.

No ocurre lo mismo con su oponente y actual alcalde Alberto Fabra, que muestra un porcentaje de conocimiento del 54%. Con dos periódicos locales a su disposición, una televisión local y las autonómicas a su servicio, no es de extrañar que el grado de conocimiento de su persona por los castellonenses sea superior al 80%, lo que eleva el porcentaje para los del resto de valencianos al 40%.

No queda la cosa aquí. La clave nos la da la valoración que de unos y otros otorgan los encuestados a diversos políticos valencianos. La de Calles, en alza, supera con creces la media de los valorados, mientras que las de los Fabra, Alberto y Carlos, los sitúan en los dos últimos lugares de la lista, con puntuaciones que causan rubor, a pesar de los homenajes y demás parafernalias.

Podrá decirse que es una interpretación sesgada, pero la gente los conoce, ¡vaya si los conoce!

miércoles, 25 de agosto de 2010

OBVIEDADES


‘Obvio’, adjetivo cuyo origen latino (ob-vius) tiene el sentido de disponerse en el camino adecuado para hacer fácil la travesía, ha cambiado su semántica para indicar algo que no necesita más explicación, por lo evidente. Del adjetivo surge el verbo: obviar, con el significado de apartar, de dejar a un lado algún obstáculo que dificulta la marcha. Y de ambos nace el sustantivo: obviedad, lo que está demás e, incluso, resulta inútil, machacón o ingenuo.

Perdón por esta introducción excesivamente académica.

Paula Sánchez, la portavoz del PP, ve “obvio” –entrecomillado lo leemos en la prensa – que Camps es el candidato. Por tanto, no parece que quiera dar mayor explicación a tal decisión, tan evidente le resulta. No está designado, se salta el calendario electoral y, por supuesto, los procesos judiciales. Camps es “el candidato”, el que mejor representa la imagen, las ideas y los modos de hacer política del PP. Es, para ella, el valenciano por excelencia, el más honorable de los honorables. Ni Gürtel, ni Bigotes, ni trajes, ni regalos, ni chanchullos en contratas, ni despilfarros, ni nada de nada. Tienen la conciencia a buen recaudo y, cómo no, esperan, como Fabra, que el pueblo les absuelva y, por ende, los tribunales.

Pues no. Obvio lo será para ella, no para la mayoría de los mortales, muchos afiliados y votantes del PP incluidos, que quieren pasar página de tanta charcutería política. Aunque sí lo es que así se manifieste, aunque tenga que tragarse el sapo.

Obvio era – por pasar a otros temas de la actualidad agosteña – que el mil veces anunciado aeropuerto de Castellón no se inaugure este año. La nefasta gestión económica del Consell es un lastre para un lustro, como poco. Y obvio es que nos estamos achicharrando, que el Toharia se equivocó, que no lo reconocerá y que seguirá con su periodismo científico en su poltrona como si tal cosa.

jueves, 29 de julio de 2010

¡QUÉ VERANITO!


Confieso que nunca me cayó bien Manuel Toharia, siquiera cuando siendo joven (él, y yo más) salía en la tele de la transición como hombre del tiempo, con su voz picuda y su porte empalagoso. Su carrera en la dirección de programas televisivos y revistas de divulgación científica fue meteórica, y dándole igual a un roto que a un descosido se convirtió poco menos que en paradigma de la ciencia a la medida de nuestras clases medias.

Todos los palos tocó, siempre que fueran lucrativos: libros, vídeos, revistas… Y por eso le vimos protagonista por nuestras latitudes, esta vez firmando un libro de encargo, pagado por Endesa, la empresa titular de la central térmica de Andorra, en el que intentaba demostrar – él, que siendo físico se autodefine como periodista científico – que la lluvia ácida que por los años ochenta corroía los montes de El Maestrazgo y Els Ports no provenía de las emanaciones sulfurosas de la central turolense. Ponía su granito de arena en la guerra mediática que se libró paralelamente a la judicial por delito ecológico. Olía a chamusquina la profesionalidad del periodista, no tanto por la lluvia ácida como por sus anchas tragaderas, y jamás se le oyó rectificación alguna tras la comprobación de la vinculación de la central por un comité (independiente) de expertos.

No pasó mucho tiempo para que pudiéramos comprobar definitivamente de qué pie cojeaba el susodicho, pues recién inaugurado el Mueso de las Artes y las Ciencias de Valencia, el gobierno de Zaplana lo nombró su director. Y allí sigue, haciéndose famoso no tanto por su gestión como por sus polémicas manifestaciones relativizando el problema del cambio climático, llamando mentiroso a Al Gore o bramando contra los ecologistas.

En su línea, a principios de verano se le escapó otra perla, y pronosticó – ‘científicamente’, dada su condición – que éste sería más fresco de lo normal, vamos que de calentamiento, nada de nada. Quizá estaba pensando que iba a pasarlo sin salir de su apartamento, que tiene aire acondicionado hasta en la caseta del perro.

Con los agobios que hemos pasado día sí día también, me he acordado del Toharia y de sus vaticinios más de lo recomendable. ¡Qué veranito!

miércoles, 16 de junio de 2010

ICONOS URBANOS


La ciudad tiene un lenguaje propio, nos comunica con sus múltiples elementos urbanos un sinfín de mensajes, de melodías, de silencios. “El discurso de la ciudad – nos dice Margulis - tiene sus particulares juegos de lenguaje que difieren en su lógica y alcance de los que se manifiestan en el nivel lingüístico, y dentro de éste, en sus distintos planos temáticos”. A estos planos nos referimos.

Bien es cierto que la mayoría de los objetos que nos rodean pasan ante nosotros – nosotros ante ellos, más bien – sin pena ni gloria, de forma anodina y plana. Otros, por el contrario, se nos devienen singulares, nos quedan marcados en la retina y cobran significación. Y de éstos, casi todos – a pesar de su gran formato o su relativo componente artístico – sólo aguantan una primera impresión, el primer impacto atrayente por lo novedoso, pero pronto se difuminan en la bruma de la cotidianeidad.

Solamente algunos son capaces de pervivir y engrandecerse a fuerza de verlos día tras día. Se convierten, para aquellos que son capaces de apreciar su lenguaje, en pequeños iconos urbanos que nos hablan de la ciudad y sus gentes, entrando poco a poco a formar parte del alma colectiva.

No es necesario que sean monumentales: les sobra con su elocuencia. Y en Castellón los tenemos por doquier. Uno de ellos es el que muestra la fotografía: situado en la rotonda que precede al modermo puente sobre el Riu Sec, a las puertas de la Universidad y enmarcada por el grandioso edificio ortogonal de proporciones áureas, bien revestido de un gran macetero de 'trencadís' tan nuestro, el tronco seco y truncado de una enorme palmera que ha sucumbido al picudo es algo más que un ornamento maltrecho. Es una auténtica alegoría, está cargado de una simbología que nos resume gráficamente la coyuntura de la ciudad.

Nos habla, cómo no, de los problemas medioambientales que padecemos, y con ellos, a esta plaga de picudo rojo que está devastando nuestro patrimonio palmero. Hay otros picudos que atropellan parques y paseos, como el Tram por el Ribalta, pero a éste, el rojo, cual plaga infernal, algunos lo habrían calificado en otros tiempos también de masón y de otros improperios malsonantes, los mismos que ahora son capaces de atribuir sus nefastos orígenes a socialistas y zapateros.

También nos habla de dejadez, de falta de iniciativa, de mala gestión, de la atonía de gobernantes incapaces tan siquiera de sanear la palmera afectada para que no se extienda la epidemia. Y nos revela, ejemplarmente, sin artificios, el verdadero significado de esta zona urbana, la oeste, donde conviven elementos de gran singularidad con unas carencias históricas de servicios básicos y, en algunos casos, casi tercermundistas.

También habrá quien quiera ver en la decrepitud malsana del tronco muerto la esencia de los efectos que la corrupción ha extendido por la ciudad. Y, aún más, alguno apuntará a la erección fálica que representa, símbolo de la chulería machista de ciertos prebostes de nuestra tierna sociedad.

jueves, 10 de junio de 2010

DICCIONARIO ACCIDENTAL (con la A)


Ajuste. Conjunto de medidas impopulares tomadas por gobiernos de media Europa, de derechas y de izquierdas, pero que le vienen muy bien a los populares de aquí, único medio para llegar al gobierno.

‘Ande’ andará? Pregunta retórica que, como tal, no espera respuesta. Se utiliza así, en términos coloquiales, para redondear la frase que describe la situación del señor alcalde, que ni está, ni se le espera.

Antiloquesea: alternativa económica o plan B. ‘B’ de barraqueta, de butifarra, de bufanúvuls. Plan alternativo que dice tener don Mariano para sacarnos de la crisis y recuperar empleo. Plan que le ha dictado un primo suyo y que otros conocen como plan ‘V’, de vacío y vacuo, de ‘vayaustéasaber’, de ‘váyaseseñorgonzález’ (o zapatero).

Arrimar el hombro. Dícese de la acción colectiva que se pide en tiempos de crisis a los que ya tienen el deltoides encallecido. Mientras, los de escápula fláccida – banqueros y especuladores - sonríen maliciosamente y aplauden la demanda.

Arroparse con la senyera. Recurso patético utilizado por el político que se ve semidesnudo, después de haberse metido en camisas corruptas de once varas y vestido con trajes de veintiún botones.

viernes, 7 de mayo de 2010

LA MÁQUINA DE LA VERDAD


Atónito se quedó el molt honorable cuando Vicente Sus, presidente de la clínica Eresa, una de las más favorecidas por la política privatizadora de la conselleria de Sanidad, les explicó a él, a Rita y a la nutrida compaña, que el equipo de resonancia magnética acabado de adquirir es capaz de determinar si un paciente miente o no de una forma rápida, inocua e infalible. Un equipo de tres teslas que lee los hemisferios cerebrales y refleja los resultados en una simple imagen en la pantalla del ordenador.

Desconocemos – desde nuestra imperdonable incultura médica – cuál es la utilidad de tal aparato en las técnicas diagnósticas; si es para cerciorarse de que el paciente no engaña al facultativo con imaginarias dolencias (ahorrando consecuentemente gastos sanitarios) o si, además, escudriña recovecos de las circunvoluciones cerebrales en busca de ignotas causas de enfermedades mentales.

Pero sí sabemos que a más de uno se le pasó por la cabeza el gran provecho que se le sacaría en otras instancias, como la administración de justicia, o en las comparecencias públicas de los allí presentes y de otros muchos. El caso es que esto mismo debió pensar nuestro president, pues no quitó ojo a la cabecita luminosa de la pantalla por si, en un alarde de sofisticada técnica, le escaneaba telepáticamente y le arrancaba la cruda verdad de sus relaciones con El Bigotes.

Y es que la dichosa cabecita era clavadita a su esbelta fisonomía…

martes, 6 de abril de 2010

SERÁ


Será: futuro imperfecto del verbo ser. Ni presente, ni pasado: futuro; y, además, imperfecto, con lo que tiene de incierto e inacabado.

Será…, del verbo ser. Un término que alude a la esencia de las cosas y al devenir de los acontecimientos, pero tan difuso él que hasta lo usamos como auxiliar de otros, para llenarlo de contenido.

Este ‘será’ es el que ha dado el sentido justo a las últimas declaraciones de Rajoy a propósito de la baja (temporal) del PP de Jaume Matas, exministro de Aznar, expresidente del gobierno balear y ‘ambaixador’ de la Comunidad Valenciana; posiblemente mañana inquilino de algún centro penitenciario. Ha dicho Rajoy: “El Partido Popular será implacable en la lucha contra la corrupción”.

Hay que fijarse bien y entenderlo en todo su sentido: será, en futuro. No es ni ha sido, sino será, y no sabemos cuándo ni cómo, por lo imperfecto. Y es cierto, porque hasta ahora ha sido y es muy condescendiente y complaciente; incluso, vergonzosamente cómplice, y lo de implacable suena a cachondeo. Ha eludido responsabilidades compartidas, con silencios clamorosos; ha tratado de desviar la atención; ha ensalzado públicamente a personas de todos conocidas incursas en graves procesos judiciales, y, llegado el caso, ha movido los hilos necesarios para manejarlos a su conveniencia partidista.

Será implacable. ¡Vaya sarcasmo!

lunes, 22 de marzo de 2010

YA SOMOS INTERNACIONALES


Como en toda manifestación de masas, en las fiestas populares de una ciudad se exteriorizan comportamientos que permiten valorar determinadas características de la población, aquellas que más tienen que ver con el sentido de ciudadanía, de implicación en lo colectivo y en sus valores cívicos. Con la participación en la fiesta, por otra parte, mucho más que en otras actividades humanas, afloran comportamientos individuales que, al estar desprovistos de convencionalismos, dicen mucho de la calidad de las personas, de sus actitudes más arraigadas. En resumen: las fiestas son un buen termómetro para medir el grado de educación cívica.

Acabamos de celebrar nuestras fiestas fundacionales, las de la Magdalena 2010, y bien podemos hacer un escueto balance, en seis pinceladas:

- Como siempre, y a pesar del frío reinante, es de destacar el alto grado de participación en casi todos los actos. La gente asiste en masa a todo lo que le echen, sabe valorar la calidad cuando la tiene y es indulgente cuando no la tiene.

- La crisis se ha notado más en los presupuestos municipales de la programación que en los bolsillos particulares. Se han hecho visibles las restricciones, pero el consumo individual ha estado a la altura.

- Se constata cada vez más la rebelión ciudadana contra los abusos de los negocios montados con la fiesta. El botellón en el mesón del vino ha sido generalizado, protagonizado por el lambrusco a 1 euro del super frente a los 8 del mostrador.

- Nos las han declarado de interés turístico internacional, sin saber muy bien qué repercusiones tendrá en las fiestas futuras. No es probable que sirvan para eliminar tantos componentes casposos de nuestras fiestas, o si será para que vengan más brasileñas o algunos japoneses.

- Una vez más, no han estado exentas de controversia política. El año pasado fueron los trajes de Camps y éste la censura al periodismo díscolo con el que manda, al negarle su presencia habitual a la cadena de radio con más oyentes de la ciudad.

- Las fiestas, este año con mayor gravedad, han venido asociadas a la suciedad y a comportamientos inaceptables de muchos energúmenos, no sólo de jóvenes, pero sobre todo de muchos jóvenes, que no les importa convivir con la porquería. Más bien hacen que ella, la basura, la vomitona y la meada sean parte indisociable de la fiesta. No es un problema – como afirman algunos - de limpieza, sino de erradicar esos comportamientos que dicen muy poco a favor de nuestra sociedad. Ojalá que ahora, que somos internacionales, nos entre la cordura, aunque no sea más que para tapar nuestras vergüenzas a los ojos del mundo mundial.

viernes, 26 de febrero de 2010

LAS MISERIAS DEL PRESIDENT


Sin ánimo de mancillar la honorabilidad del ‘molt honorable’ hemos de decir que, según él mismo certifica, se encuentra en una situación bastante miserable. Hablamos de la economía de Camps y de cómo el ejercicio de sus altas responsabilidades públicas, desde sus inicios como conseller hasta su actual estatus presidencial, le han llevado casi a la ruina. Vamos, que no tiene – por decirlo en términos coloquiales – donde caerse muerto.

No debemos dudar de la veracidad de su declaración, y hemos de dar por exactos y precisos – como lo hace la señora De Cospedal – los datos de sus bienes muebles e inmuebles: las dos cuentas corrientes, una de ellas compartida, con un saldo total de 2284 euros; el piso del que es titular al 50%, que aporta otros 55000; un coche de hace 15 años que bien valorado no pasa de los 1500 y un plan de pensiones de 8300. En total, 67262 euros. ¡Pobre hombre! Tras esa imagen impoluta de galán engalanado no hay más que una persona que le viene justo para llegar a fin de mes.

¿Cómo ha podido dilapidar los ingresos de 13 años a razón de 60 000 euros netos al año, más la cobranza de otros cinco años como concejal del Ayuntamiento de Valencia? ¿En qué se puede gastar una persona, por muy manirrota que sea, tal cantidad de dinero? ¿Es que se paga los viajes, las comidas, las invitaciones protocolarias, los regalos… en fin todo lo que conlleva su ajetreada vida pública? ¿Pero no se los hacían a él, los regalos, se entiende? Son nada menos que alrededor de 800 000 euros de ingresos netos, de los que sólo le quedan unos 70 000.

¿Será que, dada su acreditada vocación religiosa, ha volatilizado su patrimonio en dádivas caritativas? ¿O será que, según su ejemplar aire de misticismo vaporoso ha evaporado sus réditos hacia lugares ultramontanos?

En todo caso, mala forma de gestionar su propio patrimonio. Y peor si es el encargado de gestionar el de todos.

lunes, 1 de febrero de 2010

LOS HACHE DE PE


Todos sabíamos que tras esa boquita de piñón y sus ojillos de gorrión se esconde una mujer con mucha mala leche y muy pocos escrúpulos. Alumna aventajada de la escuela política del aznarismo, Esperanza Aguirre encarna uno de los bastiones de la derecha española, por sus planteamientos ideológicos y sus maneras de expresarlos. Representa, también, a un determinado tipo de políticos que están proliferando en demasía en nuestra democracia, los que alcanzan el poder con prácticas bastardas y fraudulentas y lo mantienen a costa de acuchillar a quien se les ponga por delante.

Ahora sabemos un poco más: que es una zafia deslenguada, y que por mucho que se disculpe no puede perdonársele que se dirija al alcalde de todos los madrileños llamándole “hijo de puta”.

Es un calificativo muy castizo y muy español. Incluso, según el tono y el momento, puede tomarse en plan amistoso o admirativo. Pero es inadmisible en una persona pública, que fue nada menos que ministra de educación.

De todo ello sabemos bastante los castellonenses, pues aquí tenemos otro preboste de la derecha, del mismo corte político que la madrileña y con tics semejantes. Igual de histriónico y lenguaraz, accedió al poder de la Diputación con prácticas poco claras que están siendo estudiadas judicialmente – los censos ilegalmente hinchados de determinadas localidades clave de la provincia -, y lo mantiene, según él mismo pregona, utilizando el todo vale.

Y, como a su correligionaria, le pierde su boquita, que utiliza la misma soez expresión para insultar a su enemigo político, esta vez el representante de la oposición.

Tienen que saber que con estos hache de pe a quienes insultan es a todos los ciudadanos.

domingo, 10 de enero de 2010

BAILA: MISIÓN CUMPLIDA


En una reunión con un pequeño grupo de educadores, en su despacho de la avenida del Mar, aseguró, parece ser que en tono de broma, que él estaba allí, entre otras cosas, para colocar a su hijo. Lo diría con la sonrisa y el desparpajo que le caracterizan, pero lo cierto es que a su hijo le aprobaron una oposición de psicología y pedagogía y ahora es flamante funcionario. Misión cumplida.

En una reunión entre militantes populares el jefe Fabra instruía a los suyos sobre cómo ganar elecciones. En la grabación clandestina que de ella se hizo se escucha que si tenía que meter al hijo de fulano o a la hija de mengana en tal o cual colegio, pues ahí estaba Baila para, manu militari, ejecutar obediente y le_almente (falta la ‘g’) las órdenes recibidas. ¡Y vaya si cumplió! Le costó una denuncia por prevaricación pero al final el juez determinó que fueron meros ‘errores administrativos’. Misión cumplida.

Satisfechas sus misiones en Castellón, a Valencia fue a engrosar la nómina de castellonenses en la Conselleria de Font de Mora, con el encargo de poner orden en el sistema educativo. Como Director General de Ordenación y Centros Docentes a fe que se ha notado su impronta, pues se cree que ha sido luz y guía de las ocurrencias de su conseller, y siguiendo su máxima de que ‘a río revuelto, etc.’, ha logrado unos niveles de desbarajuste de la educación muy difíciles de superar.

Acaba de ser cesado juntamente con Bañares, Director General de Régimen Económico, sin razón aparente, o puede que tenga que ver con las últimas operaciones de CIEGSA, la empresa pública que construye colegios que resultan con unos sobrecostes más que alarmantes, tanto que hay quien se teme otro Gürtel valenciano. Esta empresa, con una deuda de 2 400 millones de euros, se ha enfrascado en unas compra-ventas de locales para su sede, uno en Paterna por 8 millones que no estrenó y, tras su venta, otro en la capital del Turia por 6. Todo un modelo de gestión.

Con todos estos éxitos como bagaje, decimos, acaba de ser cesado. Misión cumplida.